El liderazgo de Naomi Osaka

El Open de Australia ha coronado a Naomi Osaka como reina del tenis y ha mejorado su imagen. La jugadora japonesa ha hecho doblete, ya que además de ganar un título ha aumentado su reputación, un hito que no se alcanza fácilmente, puesto que se puede echar a perder la imagen y la reputación a pesar de ganar una competición.

Naomi Osaka “destaca por la potencia de sus golpes de fondo, por la intensidad de su juego y por su gran capacidad para generar tiros ganadores. Tiene un gran drive, un buen revés y un servicio demoledor”, escribió Toni Nadal en El País. Los especialistas apuestan por ella como sucesora de Serena Williams. “Era una niña cuando la veía jugar, y estar ahora en la pista jugando contra ella es un sueño”, dijo Osaka cuando coincidió con Williams en Australia.

Dentro de la pista, Naomi consolida su liderazgo. Fuera, también. Se declara antirracista, comparte la filosofía de Martin Luther King sobre la no violencia y lleva a Kobe Bryant en el recuerdo permanentemente. En todas las conferencias de prensa que ofreció en Australia apareció con una camiseta del malogrado jugador de baloncesto de Los Ángeles Lakers.

Osaka tiene sus costumbres aunque parece más flexible que otros deportistas que siguen una rutina a rajatabla. De este modo, antes del partido contra Serena decidió cambiar uno de sus hábitos y en lugar de tomar comida japonesa cenó comida griega. Por la mañana, se enteró de que su amigo Stéfanos Tsitsipas había ganado a Rafa Nadal, así que pensó que era una señal.

En un partido anterior, se vio sorprendida por una mariposa, que llegó a posarse en su nariz. Sin alterarse lo más mínimo, la tomó con suma delicadeza, se la llevó fuera de la pista y la dejó para que siguiera volando. Fue una imagen poética.

La cena griega, la mariposa y la camiseta de Kobe, entre otras acciones, ayudan a fortalecer la imagen y la reputación de Naomi Osaka, una deportista con un relato consistente que va más allá de la colección de tópicos y frases hechas tan manidas.