Acabar una intervención en público dando las gracias es un error que merece la pena evitar. Para que nuestra conferencia, charla o presentación no pierda fuerza es recomendable buscar un gran final. Dar las gracias es innecesario.
Para contar una buena historia, los ingredientes básicos que necesitamos personajes para que nuestra audiencia conecte; diálogos para dar vida a la historia y escenarios bien descritos para ubicar el lugar donde ocurren los hechos. Con una buena introducción y un buen final bastará para seducir al público.
Dar las gracias al final de la historia solo servirá para que lo que hayamos contado pierda fuerza. Hacer una intervención en público es un regalo para la audiencia y cuando hacemos un regalo, ¿damos las gracias?
